lunes, 3 de abril de 2017

Las cifras de los narcotraficantes encarcelados en Bolivia


Tal como señalan las estadísticas, son cuatro los delitos de sustancias controladas que llevan personas a la cárcel: Tráfico, Suministro, Transporte y Fabricación.
Para ser encarcelado por el delito de tráfico de drogas bastan 10 gramos de una droga (no 10 toneladas, sino 10 gramos). 
Entonces, hablar de los traficantes de drogas presos en Bolivia no siempre significa hablar de los partícipes grandes del negocio (capitalistas, emisarios de los carteles del exterior o jefes de los clanes familiares nacionales), sino de personas que pueden haber estado vendiendo 10 gramos de alguna droga.
Por su parte, los procesados por el delito de suministro suelen ser consumidores de drogas o drogodependientes que venden unos pocos gramos para solventar su propio consumo.
Y los presos por transporte son, en gran parte, personas desesperadas por las penurias económicas que se arriesgan a llevar cantidades pequeñas de droga en sus estómagos o pegadas de alguna forma a sus cuerpos.
Estos tres grupos de personas son, por las características de su rol en el negocio de las drogas, los denominados "desechables", los fácilmente sustituibles, los que son inmediatamente reemplazados. Así lo han demostrado ya las investigaciones del Programa Libertas, del Colectivo de Estudios Drogas y Derecho, de Acción Andina y de la Plataforma Coca Orgánica, Libre e Informada, además de otros estudios.
Es decir, su encarcelamiento no va a desarticular las organizaciones narcotraficantes ni reducir la oferta de drogas de uso ilícito.
Su encarcelamiento sirve principalmente para fines de estadística, para hacer parecer que la política de lucha contra el tráfico ilícito de drogas tiene resultados.
Las estadísticas carcelarias, entonces, muestran varias ausencias.
Están ausentes, por ejemplo, los poderosos que hacen el lavado de dinero (delito de legitimación de ganancias ilícitas) de las millonarias ganancias del narcotráfico. En caso de que ellos pisen la cárcel en algún momento, en pocas semanas son puestos en libertad.
Los que se quedan encerrados son los arriba descritos, los que tienen menos poder, los pobres y los que sufren drogodependencia, ellos abultan las cifras en las estadísticas.
Pueden haber cometido delitos (delitos menores), sí, pero no están en la cárcel por el delito cometido sino por ser vulnerables.
Así funciona la lucha contra el tráfico ilícito de drogas en Bolivia.